TDA-H
INTERVENCIONES CON LA FAMILIA
(tutor/a – orientador/a):
I.
Entrevista inicial (recogida de información).
Explicar a la familia nuestra sospecha y facilitar información sobre el trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad.
Derivación al especialista –
diagnóstico.
III.
Comunicación a la familia del papel del centro educativo: pautas de
intervención que se van a seguir con el alumno/a.
IV.
Coordinación centro – familia
(seguimiento).
enlaces de interés.
El papel de
los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo.
Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo
mismo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que
construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad.
De los padres
depende en gran medida la mejor o peor evolución de la sintomatología que
presenta el niño hiperactivo.
Un niño hiperactivo necesita:
- Una
familia con unas normas claras y bien definidas.
- Que
representen una exigencia adaptada a la medida de sus posibilidades.
- Un ambiente
ordenado y organizado.
- Sereno,
relajante y cálido.
- Que le
anima y contenga sin una sobreprotección excesiva.
- Que le
ayude a situarse y organizarse.
- Pero sin
dejarse manipular por sus caprichos.
- Manteniendo
los límites educativos de forma racional.
- Que le
ayude a encarar los problemas y a encontrarles una solución sin encubrir
necesariamente sus faltas.
Para cumplir
bien el papel que les corresponde, los padres necesitan:
- Un
diagnóstico temprano de la situación en la que se encuentra su hijo/a
- Información
clara de qué es el Trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad.
- Información
sobre el grado de afectación de su hijo.
- Tener
presente que el problema tiene solución, pero que, de no tomar las medidas
oportunas, irá creciendo en los próximos años.
- Disponer
del asesoramiento adecuado sobre aspectos educativos generales.
- Recibir
instrucción directa sobre el tratamiento general del niño y específica
sobre pautas de actuación en casa.
En las manos
de los padres está:
- Coordinar
el intercambio de información entre profesionales de la salud (neurólogo,
psicólogo...) y el profesor del aula.
- Proveer
de un ambiente familiar estructurado.
- Poner
límites educativos correctos, adecuados a la capacidad del niño.
- Crear
buenos hábitos de estudio.
- Modelar
conductas reflexivas.
- Reforzar
su autoestima.
- Generalizar
la utilización de autoinstrucciones.
·
Proporcionar habilidades sociales.
LO QUE LAS FAMILIAS DEBEN DE SABER SOBRE EL TDAH
(Fundación CADAH).
- Nadie es culpable del TDAH. Ni
su hijo, ni usted, ni los maestros.
- Las personas con TDAH no están tomándonos el pelo. Casi todos
tenemos problemas enfocándonos o manteniendo la atención de vez en
cuando. Lo que pasa es que los adolescentes y los adultos con TDAH tienen
más problemas que el resto de la gente.
- El TDAH es algo que se tiene por toda
la vida, pero los síntomas y como se manifiestan pueden cambiar
cuando nos volvemos mayores. Por ejemplo, cuando ya tengamos más
años, podemos ser menos hiperactivos, pero puede que tengamos más
problemas concentrándonos.
- TDAH puede afectar muchas áreas de la vida
fuera de la parte escolar. Le puede influenciar sus relaciones sociales,
sus deportes, su autoestima, su forma de organizar las cosas, y cómo le
vaya en el trabajo.
- TDAH es usualmente algo que se hereda, así
que alguien de la familia posiblemente lo tiene, inclusive sin
haberse diagnosticado con ese trastorno. Sus hijos posiblemente lo
heredarán también.
- Es importante pensar en el TDAH como un reto
y no como una disculpa. Su hijo todavía es responsable por sus acciones, a
pesar de que el trastorno hace que le sea mucho más difícil controlar
los comportamientos y mantener la atención.
- La salud física influye mucho el control que
se tenga sobre los síntomas del TDAH. Mientras más sano esté
el cuerpo, más fácil será adaptarse a los retos que demanda el vivir
con TDAH. Así que es importante comer bien, hacer ejercicio, dormir
bien …
- En este momento no existe una cura para el TDAH.
Pero existen varias formas en las que las personas aprenden a vivir con
él.
La
familia del adolescente afectado de TDAH suele sentirse agobiada por el
problema, sin capacidad de respuesta. Se trata de familias que han soportado
grandes tensiones internas y presiones ambientales, llegando al sentimiento de
culpabilidad ante los fracasos repetidos. Por ello, al plantear el tratamiento,
conviene pautar unas sesiones dedicadas a reorganizar la dinámica de la vida
familiar. El objetivo será reconstruir el sentimiento y la vivencia de
seguridad en el adolescente.
Para
J. Folch, la seguridad se construye a partir de la demostración de afecto, la
tolerancia, la estabilidad y la autoridad.
Debido
a que al adolescente con TDAH ha crecido en un ambiente en que han dominado las
presiones, los castigos y el rechazo hacia su conducta, la demostración de
afecto será un primer paso hacia su seguridad. El afecto supone una actitud
interna de aceptación del hijo, independientemente de su conducta. El niño y el
adolescente con TDAH deben sentirse queridos por sus padres. Así se puede
potenciar su autoestima.
El afecto se basa en el reconocimiento y
valoración de las acciones positivas. Una recomendación que suele dar resultado
es que los padres anoten en un cuaderno las acciones positivas que realiza su
hijo a lo largo del día. Ellos mismos van a ser los primeros en quedar
sorprendidos.
Pero,
a su vez, conviene advertir a los padres para que eviten actitudes de
sobreprotección al considerar el TDAH como un trastorno orgánico. No conviene
evitar esfuerzos ni frustraciones a estos hijos.
La
tolerancia huye del perfeccionismo e invita a no intervenir constantemente en
la vida del niño y del adolescente con TDAH. Conviene establecer diferentes
categorías de conductas y situaciones, teniendo en cuenta que “existen cosas
poco importantes, cosas importantes y cosas muy importantes” (Ll. Folch i
Camarasa). De estas últimas, no hay tantas. Hay que evitar estar siempre encima
del hijo con expresiones que demuestren desaprobación y pesimismo.
Mantener
la estabilidad puede ser difícil para unos padres agobiados por el problema del
hijo con TDAH. Pero mantener la estabilidad va a ayudar al adolescente con TDAH
a controlar su tendencia a la inestabilidad. La estabilidad supone coherencia
en lo fundamental, de manera que los criterios a seguir deriven de un proyecto
educativo y no del humor del momento.
La
estabilidad debe estar presente también en el ambiente, de manera que exista un
ritmo de vida cotidiana repetitivo, con las mismas rutinas.
El
ejercicio de la autoridad de los padres genera seguridad y se basa en la
construcción de una familia normativa. Las normas deben ser claras, precisas y
concretas. Conviene recordar también que el ejercicio de la autoridad conlleva
desarrollar la virtud de la prudencia: habrá que saber exigir el cumplimiento
de todo aquello que se mande.
Las
actitudes educativas que proponemos a los padres son las siguientes:
1.
Comprender su trastorno. Es decir, comprender su impulsividad, su facilidad
para despistarse y el incumplimiento de órdenes a pesar de las reiteradas
promesas de cambio.
2. Vivir el presente, como si cada día se
empezara de nuevo. Conviene establecer unas metas simples y concretas, a corto
plazo. Conviene recordar que el adolescente con TDA olvida fácilmente.
3. Establecer las directrices educativas, de
manera clara y constante. Habrá que favorecer la educación responsabilizadora
más en función de su grado de madurez que de su edad cronológica.
4. No dejarse contagiar de su inquietud. Los
padres deben saber que la educación de un niño o un adolescente con TDAH cansa
y agota. Pero que la efectividad de las actitudes educativas va a depender de
la conducta adulta que los padres consigan mantener.
5. Ni los castigos ni los premios han
demostrado ser efectivos en el manejo del adolescente con TDA, aunque pueden
estar justificados en algunas ocasiones. Las amenazas de castigo o las promesas
de premios son aun más ineficaces.
6. Organizar la rutina y los horarios de la
vida cotidiana en casa para los días laborables y también para los fines de
semana.
7. Descubrir aquellas actividades del hogar
que puedan resultar más relajantes para el adolescente y para sus padres.
Favorecer aquellas actividades que reduzcan la tensión ambiental.
8. Evitar aquellas situaciones en que sea
previsible un fracaso, como pueden ser ceremonias largas o visitas a casas con
espacios reducidos. Al comprender la sintomatología del adolescente con TDAH,
es conveniente no exponerlo a una situación que pueda resultar humillante para
él y para el entorno. Así se conserva el equilibrio.
9. Controlar y contener la propia angustia y
no depositarla en el hijo.
EL TDA/H AFECTA A...
- El rendimiento académico: El
instituto se caracteriza por un ritmo más frenético, mayores exigencias a
las que hacer frente y menos supervisión. Académicamente, aumenta el
volumen de trabajo y la dificultad de los materiales, y los proyectos a
largo plazo son la norma en lugar de las tareas escolares diarias. Todos
estos factores suponen desafíos para los adolescentes con TDA/H. Los
adolescentes con TDA/H podrían beneficiarse de recibir ayuda en la toma de
apuntes, destrezas para estudiar y organización y administración del
tiempo. Es importante ayudar a dotar al adolescente de todas las destrezas
necesarias para que pueda pasar de la etapa en la que depende de sus
padres o profesores para estructurar su tiempo y horario de trabajo
escolar a la etapa de la vida en la que depende de sus propias
capacidades.
- Funcionamiento social: Muchos
niños con TDA/H podrían experimentar dificultades en la interrelación con
sus compañeros debido a su impulsividad, hiperactividad y agresión. Los
niños pequeños con TDA/H podrían ser impertinentes en las interacciones
sociales, más ruidosos que sus compañeros y más inquietos. Los problemas
con los compañeros y el rechazo del grupo que experimentan durante la
infancia podrían continuar hasta la adolescencia. Además, la ausencia de
relaciones positivas con los compañeros en los primeros años puede limitar
las oportunidades para practicar y perfilar destrezas sociales, lo que
acentúa los déficits existentes. Finalmente, la importancia de relacionarse
con los compañeros aumenta durante la adolescencia. Por lo tanto, las
dificultades para entablar y conservar esas relaciones pueden perjudicar
cada vez más el funcionamiento social. Los adolescentes con TDA/H están en
riesgo de relacionarse con compañeros inadaptados o de experimentar el
rechazo de los demás. Bríndele a su hijo adolescente la oportunidad de
participar en actividades sociales estructuradas, como deportes, clubes o
grupos juveniles que pueden proporcionar experiencias positivas para contrarrestar
otras interacciones potencialmente negativas.
- Funcionamiento en el hogar: En
promedio, las familias que tienen adolescentes con TDA/H se caracterizan
por mayor cantidad de conflictos entre padres y adolescentes.19
Criar a un hijo con TDA/H es estresante. Ser padres implica ponerles
ciertas exigencias a los hijos (Ej., completar la tarea escolar, colaborar
en las tareas de la casa, regresar a casa antes de la hora límite, etc.);
los adolescentes con TDA/H tienen más dificultades para cumplir estas
exigencias y necesitan más recordatorios y supervisión. Esto puede ser
frustrante para los padres y los adolescentes, y podría conducir a un
ciclo de interacción negativa. Cuando un padre asigna de manera repetida
deberes a los hijos adolescentes que estos incumplen (por falta de
atención, falta de interés o de capacidad) con frecuencia se produce una
intensificación de la negatividad. En este ciclo, el padre podría dar
sermones, gritar, castigar y el adolescente responder con ira,
desobediencia u otros comportamientos negativos. A medida que esta
situación ocurre repetidas veces, más exigencias e infracciones menores a
las normas pueden llevar a un acrecentamiento de la negatividad. Una
fuente adicional de conflicto en el hogar es que los adolescentes con
TDA/H necesitan a menudo más supervisión y ayuda en cuanto a organización
que otros de su misma edad, en una etapa de desarrollo en la que desean
más libertad e independencia. ¿Qué se puede hacer para interrumpir este
ciclo? Comunicarse con claridad siempre es importante, esto incluye la
definición clara de normas y expectativas así como del establecimiento de
recompensas y consecuencias acorde con las actuaciones.
¿A DÓNDE
ACUDIR? Asociaciones en nuestra comunidad (Galicia):
FACILITAR
INFORMACIÓN: Guías para padres, enlaces de interés para las familias
VÍDEOS:
El 5 por ciento de los
niños españoles sufre hiperactividad. El déficit de atención o la inquietud
extrema son los síntomas más visibles de este trastorno psico-neurológico.
Informe Semanal ha convivido con algunos niños hiperactivos y con sus familias
No pueden parar quietos. Se
distraen con facilidad y actúan sin reflexionar. Pueden pasar horas con la
consola, pero son incapaces de atender en clase. Son niños con déficit de
atención e hiperactividad.
¿Su hijo adolescente
no se despierta cuando debe porque ha olvidado poner el despertador? ¿Le riñen
por llegar tarde al instituto y por haber olvidado el trabajo del día en casa?
¿Lo han tenido que castigar sin recreo porque ha armado lío en la clase?